La sorpresa de Zurbarán en Sevilla
La sorpresa de Zurbarán se esconde en un museo que atesora trece arcángeles atribuidos al pintor extremeño, entre otras obras de arte, en el convento del Pozo Santo. En una antigua plaza que lleva el nombre del Antiguo Pozo Santo, escondido en pleno casco histórico sevillano.
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Hoy en día este convento es un hospital en el que se alojan ancianas cuidadas por monjas franciscanas.
Esta leyenda surge debido a la caída de un niño al pozo, la madre del niño rezó a la Virgen. Las aguas rebozaron y el niño se salvó. Hoy en día solo queda el pozo, eliminándole la posibilidad de sacar agua, debido a que tiene mucho trabajo y no quieren que se convierta en lugar de peregrinación.
Hay cuadros y esculturas de nuestro patrón San Nicolás de Bari por cada rincón. Esta iglesia tiene rincones preciosos, contando con un Cristo de Pedro Roldán, un altar barroco bellísimo, con el centro dorado y el resto en madera y un curioso Cristo en una pequeña urna, al que las mujeres van a pedir para quedarse embarazada.
Pero la mayor sorpresa, reside en la parte alta del convento, en la que guardado con cámaras de seguridad, se encuentra el museo. Al entrar un cuadro anónimo impactante del S.XVI, titulado “La Peste en Sevilla”. Siendo muy visitado, llegando a venir hasta del Museo del Prado (Madrid). Se abre un pasillo que es como una explosión y es ahí donde encontramos los diez arcángeles, atribuidos a Zurbarán. El único problema es que el estudio que se necesita para confírmalo les es imposible pagarlo.
El museo cuenta nada menos que con seis salas que custodian obras de arte como un Niño Jesús de Ruiz Gijón, una Virgen de Francisco Meneses, un San Miguel de Juan de Espinal, una Divina Pastora de Cristóbal Ramos o una colección de cálices y otros cuadros de gran valor como la Virgen del Amparo.
Además se puede ver una cama barroca de madera dorada, donde se sitúa una imagen de la Virgen del Tránsito, que procesión por el convento.
El museo está registrado como tal en la Junta de Andalucía y ahora tiene visita pública, aunque hay que llamar para fijarla.
La sorpresa de Zurbarán se esconde en un museo que atesora trece arcángeles atribuidos al pintor extremeño, entre otras obras de arte, en el convento del Pozo Santo. En una antigua plaza que lleva el nombre del Antiguo Pozo Santo, escondido en pleno casco histórico sevillano.
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Hoy en día este convento es un hospital en el que se alojan ancianas cuidadas por monjas franciscanas.
Esta leyenda surge debido a la caída de un niño al pozo, la madre del niño rezó a la Virgen. Las aguas rebozaron y el niño se salvó. Hoy en día solo queda el pozo, eliminándole la posibilidad de sacar agua, debido a que tiene mucho trabajo y no quieren que se convierta en lugar de peregrinación.
Hay cuadros y esculturas de nuestro patrón San Nicolás de Bari por cada rincón. Esta iglesia tiene rincones preciosos, contando con un Cristo de Pedro Roldán, un altar barroco bellísimo, con el centro dorado y el resto en madera y un curioso Cristo en una pequeña urna, al que las mujeres van a pedir para quedarse embarazada.
Pero la mayor sorpresa, reside en la parte alta del convento, en la que guardado con cámaras de seguridad, se encuentra el museo. Al entrar un cuadro anónimo impactante del S.XVI, titulado “La Peste en Sevilla”. Siendo muy visitado, llegando a venir hasta del Museo del Prado (Madrid). Se abre un pasillo que es como una explosión y es ahí donde encontramos los diez arcángeles, atribuidos a Zurbarán. El único problema es que el estudio que se necesita para confírmalo les es imposible pagarlo.
El museo cuenta nada menos que con seis salas que custodian obras de arte como un Niño Jesús de Ruiz Gijón, una Virgen de Francisco Meneses, un San Miguel de Juan de Espinal, una Divina Pastora de Cristóbal Ramos o una colección de cálices y otros cuadros de gran valor como la Virgen del Amparo.
Además se puede ver una cama barroca de madera dorada, donde se sitúa una imagen de la Virgen del Tránsito, que procesión por el convento.
El museo está registrado como tal en la Junta de Andalucía y ahora tiene visita pública, aunque hay que llamar para fijarla.
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